Vamos a repasar las bases mercantiles básicas. La principal finalidad de una empresa (en este caso de vehículos, aunque ello se hace extensible a todas las empresas) no es crear en mejor coche. Ni el más rápido. Ni el más confortable. Ni el más barato ni el más caro. Ni el más duradero. Ni el más seguro... puedo seguir. Todos estas zarambainas son adminículos adosables a la finalidad principal: Ganar dinero.
Bien, ahora que tenemos presente nuestro objetivo principal como empresa, vamos a analizar la situación desde otra perspectiva.
Si tengo en cuenta el nivel competitivo de mercado que se me presenta, la saturación de dispares ofertas, los productos provenientes de diferentes partes del mundo (Japón, EE.UU, Francia, Alemania, Italia...), etc, etc... Mi finalidad principal (recordemos; Ganar Dinero) se verá amenazada. Qué debo hacer pues para competir a tal nivel y mantenerme a flote??????
Fácil, ofrecer productos bajo la premisa de tecnológicamente avanzados, y/o increíblemente rápidos y potentes, y/o asombrosamente seguros, y/o perfectamente asequibles, y/o desproporcionadamente caros. Con ello me aseguro abarcar todos los clientes/tipo posibles para ampliar mis posibilidades de ganancia. Inclusive me puedo permitir crear otros clientes/tipo en base al producto mediante la técnica de la alienoconversión.
Por supuesto, debo tener en cuenta que mis empresas rivales competirán bajo las mismas premisas y subterfugios. Con lo cual debo aumentar todavía más las posibles fuentes de ingreso. Por ejemplo, ofertando productos atractivos pero perecederos, con el fin de que el mercado siga en movimiento y poder seguir vendiendo en un plazo de tiempo económicamente razonable (o no, qué coño!).
Crearé concesionarios de mi marca registrada para que el cliente pueda acudir a realizar sus tareas de mantenimiento y/o reparaciones. Me aseguraré por medio de ingenieros de alto nivel demostrado (al contrario de lo que piensen sectores de a pie), de diseñar en base a aumentar el tiempo de mano de obra, en base a Ganar más Dinero.
En unos años un importante número de compradores habrá contribuido generosamente a la finalidad de la empresa (recordemos.... GD). Inclusive se pueden encontrar en la tesitura de cambiar de vehículo por falta de criterio a la hora de comprar, falta de presupesto a la hora de reparar o en fin, yo qué sé, porque le guste más el modelo nuevo de nuestra marca (más potente, más fiable, más seguro).
Dicho lo cual aclaremos que:
1. No por ser más moderno es peor. Ni tampoco mejor. Sería interesante comparar los avances que nos ofrecen con los que realmente nos podrían ofrecer.
2. No por ser viejo es mejor. Ni tampoco peor. Los vehículos viejos responden a la misma estrategia de mercado que los actuales. No olvidemos el objetivo principal.
3. El comprador, comunmente desconoce, al contrario que la empresa, la clase de cliente/tipo que es. Con lo cual deja en manos de la empresa decidir qué producto debe comprar.
Y dicho todo esto, que espero que engullan con la avidez de conocimiento de un infante, les aclararé el punto 4, no por ello menos importante:
4. Cualquiera de mis calis se pule a vuesos vehículos, viejos, nuevos, seminuevos, de segunda mano, con pedos o sin ellos. Y no tengo ni puta idea de mecánica. Se me da mejor la manipulación mental. Así que.... alguna fistulilla quiere probar mis caballos???
