Bueno, al final un amigo que tenía el I-go me ha dejado su PDA, que casualmente es una Acer N10 igual que la mía, y su GPS, que es justo como el mío.
Yo por mi parte me di una vuelta por ahí para probar el conjunto.
Debo decir que tarda un cojón en arrancar, chupa notablemente más recursos que el Tom Tom. Luego el funcionamiento es diverso.
Mi amigo tenía instalada la cartografía de Alemania, Austria y Hungría, justamente la que yo necesitaba.
El GUI no es nada intuitivo, exactamente lo contrario que sucede con el Tom-Tom. La información que ofrece es similar. Tom Tom tiene la posibilidad de incluir algún parámetro adicional en la vista del navegador, pero el del I-go es suficiente.
Conmutar de un modo de vista a otro en I-go es un poco coñazo. Tampoco es fácil cambiar cosas, como decidir on-the-fly usar una alternativa a la ruta principal. Por contra, todo lo hace automáticamente, como el recalcular la ruta si te desvías.
Por defecto, Esmeralda es mucho más petarda que Marta, y si no le quitamos la voz, un * DONG * precede a cada instrucción vocal de Esmeralda. Marta es más llevadera, por así decirlo...
Una cosa buena que me gustó de I-go: Tiene vista "de avión", te muestra la ruta en 2D y con un zoom que abarca un área muy grande. Está bien en los modernos chipsets que son capaces de escuchar los satélites incluso en la cabina de un avión.
Suponiendo que hayamos conseguido hacernos a la navegación por el complicado y nada intuitivo sistema de menús de I-go sin que la PDA haya salido por la ventana, nos encontraremos con que se resetea de vez en cuando. Eso debe de ser una
feature de I-go, porque con Tom-Tom no me había pasado nunca.
Para encontrar el GPS en "Autodetect" es mucho más rápido que el Tom-Tom y eso hay que reconocérselo. No sólo eso, sino que en caso de que el Bluetooth o el GPS decidan aislarse del mundo, en cuanto los recuperemos I-go sabrá detectar que han regresado y restablecerá él solito la conexión sin intervención del usuario.
Otra feature del programa es que él mismo es capaz de decidir cuándo es de día o de noche y para ello ajusta le config de iluminación. Vale. Juraría que a pleno sol la pantalla del Tom-Tom se ve mejor que la del I-go, eso sí.
Si somos capaces de prescindir de los polígonos texturados (?) de los mapas que trae por defecto el I-go, una simple Acer N10 será capaz de mover el mapa con una soltura razonable. Otra opción interesante que tiene es que (si quieres) te dibuja el cursor en el mapa en la posición que le canta el GPS, y no en la carretera cercana donde él se cree que tiene que estar. Esto ayuda a determinar la degradación de la señal y a no hacernos ilusiones. Por ejemplo, esta mañana he tenido el placer de cruzar el Danubio haciendo esquí acuático en vez de en coche sobre el puente, según el I-go.
Otra cosa que me ha dejado a cuadros es que en un momento dado al chisme se le ha ido la olla y empezó a bailar aleatoriamente las velocidades: A cada refresco (a intervalos de 1 segundo) marcaba cualquier cifra entre 0 y 228 (la máxima que llegué a ver). Incidentalmente, este baile de velocidades lo experimenté un par de veces, las dos en Austria. Reseteando el GPS curó la cosa, pero sospecho que esto es una nueva feature del I-go porque a mí, (es decir, a mi amigo) nunca le ha ocurrido con el Tom-Tom a igualdad de hardware.
Una vez en ruta, la selección del destino es cómoda y más eficaz que el Tom-Tom. Te pregunta país, ciudad y calle. Si empiezas a meterle las letras de la calle, te dice cuántas calles se ajustan a lo que llevas escrito en esa ciudad. Así no hace falta escribir
Körtvélyes utca entero, por ejemplo.
La cartografía urbana de Budapest parece razonable, al menos sabe dónde están las cosas más relevantes y mantiene un track de los números de las calles. Aunque a veces te pone en medio de la nada cuando circulas por una avenida que parece no existir en el mapa, pero no es un impedimento muy grande para encontrar tu destino. Tiene sensibilidad "fuera de ruta" personalizable, aunque no jugué con este parámetro, en los cañones urbanos de Budapest puede llegar a hacer falta.